Aprovechando que tenéis Halloween reciente y que lo que yo tengo es tiempo libre, voy a hacer un repaso por los tres videojuegos que más me han acojonado. No me considero un experto en títulos de miedo (ya quisiera yo), pero he tenido unas cuantas experiencias realmente terroríficas dentro del arte de los videojuegos y no veo por qué no hablaros de esas grandes obras que me las han producido. No es ningún tipo de ranking ni nada, así que ignorad el orden y, si aún no lo habéis hecho, ju-gad-los. Vamos a ello:
En 2008, Electronic Arts nos rompió un poco los esquemas a todos presentándonos dos juegos nuevos muy frescos llegados de las nobles gentes de Visceral Games y DICE. Esos dos juegos serían el innovador y sobrevaloradísimo 'Mirror's Edge' y el título que nos ocupa. En un principio podría parecer que 'Dead Space' iba a ser un third person shooter más con sustos aquí y allá siguiendo la estela del divertidísimo 'Resident Evil 4', pero una vez nos sumergimos en él podemos ver que se trata de algo mucho más complejo.
Llegamos al USG Ishimura, una nave minera abandonada de la que no obtenemos respuesta y en la que trabaja Nicole, pareja de Isaac Clarke, nuestro silencioso (de momento) protagonista. Rápidamente vemos cómo la mayoría de nuestros compañeros son despedazados ante nuestros ojos y somos separados de lo que queda del grupo por una grotesca criatura que empieza a perseguirnos, ante lo cual no podemos hacer más que correr para salvar nuestra puta vida. Así empieza esta maravilla de juego, dándonos una hostia en plena cara para que nos espabilemos, porque esto no va a ser un paseo de rosas y tenemos que ir haciéndonos a la idea. A partir de ahí comienza una intensísima aventura en la que prima la clasutrofobia, la tensión y la desesperación.
Mediante una brillantísima decisión de diseño nos obligan a tomarnos nuestro tiempo en los combates, cuando lo que más nos tienta es destrozar el gatillo disparando a todo lo que se mueva, y nos hacen apuntar a las extremidades o a unas partes específicas de nuestros violentos enemigos para poder eliminarlos. La ambientación nos tiene en vilo durante prácticamente todo el juego, que debido a su sencillo guión cuenta con algunos bajones de ritmo de los que se recupera con agilidad en la mayoría de las ocasiones. Una vez creemos que dominamos el juego y que somos perfectamente capaces de superar todos los desafíos que nos pongan por delante, 'Dead Space' se tuerce un poco más y busca la forma de volver a ponernos los pelos de punta introduciendo nuevos elementos dignos de la peor de las pesadillas. Vamos, uno de los mejores juegos de la generación que ha sabido mezclar como ningún otro la violencia extrema con una buena jugabilidad, una ambientación exquisita y un desarrollo endiabladamente emocionante.
Dark Souls
Lo sé, esto parece que no pinta nada aquí. ¿Un RPG de acción entre los juegos más terroríficos? ¿Qué puta broma es esta? ¡Ni pertenece al género! Ya, ya, es muy sencillo, lo que pasa es que a 'Dark Souls' no le hace falta. A este juego se la viene a soplar prácticamente todo, porque lo que va a hacer es tenernos agarrados por los mismísimos de principio a fin y haciéndonos las concesiones justas cuando le dé la real gana.
Empezamos en una celda mugrienta, en pelota picada y carentes de humanidad porque no somos nada, somos una mierda andante, somos escoria para un mundo que nos va a dar de hostias todo lo que se le antoje y más. Ahí empezamos una aventura en la que vamos a recibir palos a diestro y siniestro. Una aventura a la que no le hace falta una historia y unos personajes carismáticos, porque la forma que tiene de penalizar nuestros errores hace que nos veamos inmersos en ella y que la suframos en nuestras propias carnes. Merodearemos por un laberíntico mapa, sorteando constantes amenazas y desafíos, vigilando todos y cada uno de nuestros miserables pasos debido al pánico que le tendremos a pagar por nuestros estúpidos errores.
En 'Dark Souls' tendremos cuidado en todo momento y prestaremos atención hasta al más mínimo detalle. Además de las precisas coreografías que tendremos que llevar a cabo al combatir enemigos debido a las exigentes mecánicas de juego, tendremos que sortear cientos de trampas que poblarán a sus anchas por nuestro camino. Todo esto podría darnos igual en cualquier otro título, pero 'Dark Souls', tal y como hacía su predecesor, convertirá en trizas nuestros progresos cuando muramos. Esas almas (que funcionan como puntos de experiencia y dinero) que tanto nos ha costado reunir quedarán perdidas en el olvido y tendremos que volver a superar todos esos desafíos que nos vapuleado e incluso despedazado anteriormente. Por eso nos metemos de lleno en la aventura, por eso nos cagamos de miedo cuando vemos que un enemigo que supera diez veces nuestro tamaño se abalanza sobre nosotros, por eso el corazón nos da un vuelco cada vez que caemos por una trampilla que pasó desapercibida, por eso la tensión aumenta a niveles extremos cuando nuestros recursos están bajo mínimos y buscamos desesperadamente un lugar seguro donde guardar nuestros progresos y poder estar en paz de una maldita vez. Por eso 'Dark Souls' está en esta lista.
Amnesia: The Dark Descent
En mi vida he pasado tanto miedo con un videojuego como al jugar a 'Amnesia: The Dark Descent'. Han sido un grupo pequeño de desarrolladores los que con limitadísimos recursos y algo de experiencia en el área (la saga 'Penumbra') nos han brindado esta pesadilla jugable. Porque si 'Dead Space' pone nuestros nervios al límite y 'Dark Souls' nos hace avanzar con precaución por la tensión, 'Amnesia' lo lleva todo al siguiente nivel, ese al que casi nadie sabe cómo llevarnos, a la más pura, retorcida y fascinante demencia.
Despertamos en el suelo de un castillo y mediante un par de notas nos enteramos de que nuestro nombre es Daniel y que hemos elegido olvidar el pasado bebiendo un extraño líquido. Así comienza una aventura en la que iremos conociendo poco a poco qué nos llevó a esta situación y en la que buscaremos al hombre responsable de ello para matarlo por hijo de puta. Con estos objetivos en mente nos iremos sumergiendo en un infierno que sacará nuestros temores más profundos a flor de piel.
El secreto de 'Amnesia' es la vulnerabilidad. Estamos completamente indefensos ante todo peligro que nos podamos encontrar y nuestras únicas alternativas a la más terrible de las muertes será escondernos o escapar. Esta genial premisa será utilizada para jugar con nuestra cabeza y volvernos completamente locos. El sonido de unas notas de piano perdidas en la lejanía, alucinaciones visuales, la reacción del cuerpo de nuestro protagonista alcanzando la inminente demencia y lo grotesco que se va volviendo nuestro entorno a medida que avanzamos nos harán permanecer atentos a la pantalla con los ojos como platos, con una tensión y sensación de inseguridad que va aumentando hasta que ocurre lo peor y entramos en pánico. En ese momento escuchamos a nuestro enemigo, a la fuente de nuestros miedos, vemos la sombra que nos acecha tras cada esquina. Ahí comienza la persecución, comienza la lucha por la supervivencia, la carrera por nuestra vida, la búsqueda desesperada por un rincón en el que escondenos y rogar, suplicar miserablemente, por no ser encontrados, por poder salir de ésta mientras nuestro corazón, al igual que el de Daniel, late a velocidades vertiginosas y nuestra mente se nubla al experimentar el terror en estado puro.
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