3 abr 2011

Especial Valve - II - El hijo predilecto (análisis de Half-Life)


La única forma lógica de continuar con el especial Valve era hablando de esta maravillosa joya. Ya os conté en la introducción parte del proceso de desarrollo, aquí eso va a quedar algo de lado, es momento de centrarse en el juego en sí. Half-Life se ha convertido por méritos propios en toda una perla de los FPS, es ese punto de unión entre el "old school" y técnicas innovadoras a las que hoy en día estamos más que acostumbrados. Además de arrasar entre los críticos y el público, también es uno de los títulos más influyentes de los últimos tiempos. ¿Por qué? Bueno, eso y mucho más a continuación:

Antes de nada he de decir que jugué por primera vez a este juego poco después de su estreno, yo tendría unos 8 años y decir que me fascinó de forma absoluta es quedarme corto. El juego nos lo habían prestado y yo me quedé algo atrancado al final del juego (pero casi casi al final eh) y no pude terminarlo. Cuando salió la secuela yo aún no había terminado la primera parte, pero la compré y lo disfruté más que ningún otro juego. Años después de rematar la secuela (de la que ya hablaré largo y tendido) decidí volver a jugar al origen de esta increíble saga, y a pesar de lo desfasado que estaba el apartado técnico, fue una experiencia increíble.


E increíble es el arranque del juego, que nos pone en situación y nos prepara (como nunca antes se había visto) para una aventura sin precedentes. Empezamos en un vagón que nos lleva a través de las estaciones de Black Mesa que podemos observar a través de las ventanas mientras nos explican ciertas normas de las instalaciones por unos altavoces. Aquí uno se queda con cara de gilipollas porque nos da la sensación de que estamos en medio de un mundo vivo, da la sensación de que hay cosas que pasan sin que estemos nosotros delante. Mientras flipamos con el espectáculo en mitad de pantalla nos van apareciendo nuestros datos. Al cabo de unos minutos llegamos a nuestro destino y esperamos mientras un guardia nos abre las puertas del vagón y las instalaciones de Black Mesa. Una vez dentro vemos cómo los científicos van de aquí para allá, hablando entre ellos y saludándonos de vez en cuando.  No tenemos ni un arma y ya quedamos acojonados por todo el movimiento que acontece a nuestro alrededor. Nos mandan ir a por nuestro traje HEV de seguridad e ir a la cámara de resonancias, en la que nos esperan para llevar a cabo un importante experimento. Vamos a los vestuarios, vemos que no hay nada de provecho en nuestra taquilla (si tal un par de libros de ciencia ficción cuyo autor es el guionista del juego, el cual también tiene una taquilla con su nombre), le sobrecalentamos el café que un tío tiene en el microondas y después nos ponemos el traje de seguirdad. La sensación de libertad es magnífica, estamos en un día corriente de trabajo en medio de un entorno que desconocemos completamente pero reconocemos como habitual. 

Aquí es donde empieza la magia.
Vamos a donde nos esperan y de camino vemos como un científico le comenta a un señor con traje y maletín que subir la potencia más de lo habitual podría ser catastrófico. De camino vemos cómo falla un ordenador y antes de entrar en la cámara del experimento nos comentan que la potencia está al 105%. Una vez dentro nos van diciendo paso a paso lo que tenemos que hacer, tareas adecuadas para un brillante físico teórico salido del MIT que trabaja en unos laboratorios secretos que hay en unas gigantescas instalaciones en Nuevo Mexico, vamos, apretar un botón y empujar un carro. Misteriosamente el experimento sale mal y todo se va a tomar por culo, se empiezan a abrir unos portales dimensionales entre un planeta llamado Xen y las estaciones de Black Mesa,  lo que hace que se plague el lugar de extraterrestres y que además quede todo hecho unos zorros

A partir de ese momento empieza la lucha por la supervivencia, una épica aventura protagonizada por un tío normal y corriente que se ve en una situación extrema (ante "consecuencias imprevistas", nombre del primer capítulo del juego, además de unas palabras bien conocidas para los fans de la saga). A lo largo del juego iremos atravesando las instalaciones de Black Mesa enfrentándonos a incontables hordas de extraterrestres y otros enemigos. Así es como se justifica la caminata que nos pegamos por un enorme y variado elenco de paisajes y territorios, además de enfrentarnos a otros tantos desafíos y superar aún más obstáculos.

Kaaaaaameeee...
Uno de los muchos puntos fuertes que tiene este juego es la ambientación. Posiblemente en su día este fuese el videojuego que proporcionaba un mayor grado de inmersión al jugador con respecto al personaje. Esto se consiguió prácticamente haciendo que estemos en la piel de Gordon en todo momento. Al estar siempre en la piel del personaje y poder controlarlo durante prácticamente todo el juego, da la increíble sensación de que el jugador ES Gordon Freeman, de ahí que sea uno de los personajes más carismáticos de la historia de los videojuegos, él es el jugador más que ningún otro.

Otro de los factores definitivos en cuanto a la lograda ambientación es que a lo largo del juego somos testigos de numerosos eventos con tintes cinematográficos que ocurren a nuestro alrededor. Algo tan simple como ver que un alien se cepilla a un pobre científico en la sala de al lado favorece la sensación de encontrarnos en un mundo vivo y espectacular por el que nosotros circulamos de forma accidental. Además de esto, evidentemente entra en juego también el hecho de que los mapas estaban muy logrados para la época, con una enorme cantidad de detalles para tratarse de un juego de 1998.

SHAPAW!!!
Como ya dije la variedad de escenarios y desafíos a lo largo del juego tiene un equilibrio magnífico. La gente que desarrolló esto sabía lo que hacía y se nota. Tendremos secuencias frenéticas, relajadas partes con personajes aliados, puzzles, zonas de "plataformas", y todo con una constante sensación de libertad y realismo absolutos, a pesar de que la libertad sea enormemente limitada.

Algo digno de admirar es que el juego no se limite a ser un "mata mata" como el resto de FPS de su época. Seremos testigos de varios giros de argumento que nos sorprenderán gratamente (gratamente porque mola, pero igual os cagáis en la puta). Poco a poco iremos descubriendo nueva información sobre lo que está aconteciendo a nuestro alrededor, todo narrado de forma sutil, una técnica que se ha convertido en algo corriente en Valve. Lo que pasa en el juego no nos lo tienen que contar y explicar a la cara, somos suficientemente espabilados como para darnos cuenta viéndolo con nuestros propios ojos

Quitameloo!!!
La jugabilidad es sencillamente perfecta, completamente fluída y variada. Los controles son sencillos, eficaces e intuitivos. Podremos movernos en todas las direcciones, mirar a todos lados, saltar, agacharnos e interactuar con los objetos que nos rodean (parece una coña que diga esto pero en el Quake y el Doom no hay eje vertical a la hora de apuntar). Dispondremos de un buen repertorio de armas que iremos consiguiendo poco a poco, desde la legendaria palanca pasando por la clásica escopeta, pistola, revólver y subfusil, hasta el potente cañón Tau o los coñeros Snarks (unos bichos que podemos tirar a los enemigos). Vamos, que tendremos tanto armamento humano como extraterrestre alcanzando un total de 14 armas, el cual me parece un número respetable. Un número respetable de armas para desgraciar a un número respetable de enemigos, y no me refiero a la cantidad de ellos (que es más que respetable) sino a la variedad. Tendremos que destrozar aliens de todos los tamaños y colores, desde los míticos y repelentes headcrabs hasta unos híbridos blindados y armados hasta los dientes, pero no sólo nos cargaremos extraterrestres, eso os lo dejo ahí para no spoilear una agradable sorpresa del juego. Además de los corrientes también nos toparemos con unos pocos enemigos especiales, más jodidos de abatir que el resto, aunque no cumplan exactamente la función de bosses (al menos no todos).

Ahí a la izquierda, el verdeadero Sackboy. Escrotoboy para los amigos.
El apartado técnico también es prácticamente perfecto para tener los años que tiene. El juego fue un referente gráfico en su época y los efectos de sonido tampoco se quedaban atrás. El motor gráfico utilizado es el GoldScr, que era una modificación del utilizado por id Software para la saga Quake. La banda sonora favorece el efecto inmersivo de la ambientación, manteniendo un ritmo apropiado para cada momento del juego, todo con un estilo característico que está muy logrado a pesar de coincidir en ciertos elementos con el chunda chunda más repetitivo. Los temas de la BSO serían rescatados posteriormente tanto en las "expansiones" del juego como en sus secuelas. 

Algo muy importante a tener en cuenta a la hora de hablar sobre los juegos de esta saga es su mitología. Es en esta primera parte en la que nos dejan con el culo torcido fascinándonos con un espectáculo sin precedentes, proporcionándonos una aventura apoteósica pero sin pasarse a la hora de dar información. En los posteriores juegos de la saga se profundizará más sobre lo acontecido en Black Mesa, pero todos seguiremos intrigados ante uno de los personajes más misteriosos de la historia de los videojuegos, G-Man. Ese maldito cabrón que nos encontramos de vez en cuando a lo largo del juego, observándonos, con su traje y su maldito maletín, siempre desapareciendo al torcer la esquina o en zonas inaccesibles para nosotros. Como ya os dije, en Half-Life las cosas no nos las explican porque sí, estamos en medio de un universo fascinante que no siempre sabremos cómo funciona. 

Como dijo el sabio Mike Sully... "te veeeoo".
Vamos, ¿cómo resumir este análisis en 2 palabras? sencillo... obra maestra. Argumento fascinante, más una ambientación suprema, más una jugabilidad arrolladora, más un apartado técnico perfecto, dan como resultado un juego increíble, increíblemente bueno. Esta maravilla introdujo el argumento en los FPS además de escenas muy "cinematográficas" vividas en primera persona (que hoy en día por ejemplo plagan los Call of Duty). ¿Dónde está la plena innovación? En que en ningún momento nos separamos de Gordon, somos él en todo momento, lo cual da pié no sólo a una increíble inmersión dentro del extraño y fascinante universo del Half-Life, sino a un ejercicio narrativo sin precedentes en la industria de los videojuegos. A esta magnífica perla sólo se me ocurre achacarle lo jodidamente feo que es el maldito boss final, diox, jodido feto de criatura (esto va con segundas). Pero vamos, en líneas generales esto se queda en un jueguecillo más...con más de 50 premios a mejor juego del año y fofocientos millones de copias vendidas... vamos, un jueguecillo más... entre los mejores de la historia.

Como el juego no tiene tráiler per sé (únicamente vídeos cutres de versiones beta), os dejo el tráiler de un remake que se está haciendo del juego, actualizando el motor gráfico y físico a los que usa Valve actualmente.


Título - Half-Life

Género - First Person Shooter

Estreno - 19 de Noviembre de 1998

Desarrolladora - Valve Software

Distribuidora - Sierra

Plataforma - PC y posteriormente Dreamcast, PS2 y MacOS.

Idioma - Íntegramente doblado al castellano

Nota (ahí va... venga, con dos cojones) - 99/100





La estela de este juego no sólo es enorme por sus méritos, sino por sus increíbles mods, que trataré en las próximas partes del especial.

PD: Estoy orgulloso de poder decir que (gracias a mis generosos amigos) tengo la edicición coleccionista de esta maravilla (con camiseta y todo).

Previously on Especial Valve:

Especial Valve I - Los comienzos

3 comentarios:

  1. Tronco, se te ha ido muuucho la pinza.

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  2. Si te soy sincero veo perfectamente posible que haya hecho un texto sin sentido en plan:

    Obra maestra, gordon, perfecto, genial, magistral, alienigenas, black mesa, valve... etc etc

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