Precursores del género del First Person Shooter tal y como se le conoce hoy idSoftware son, para bien o para mal, un estudio referente en lo que a esto de los videojuegos se refiere. Digo para bien porque evidentemente tiene una calidad indudable que impregna todos sus títulos de jugabilidad y buenas ideas. Digo para mal porque con la fama viene la necesidad de nunca fallar y todo lo que no es un éxito se considera automáticamente fracaso, no valen las medias tintas. Antes de irse por los derroteros del apocalíptico mundo de 'Rage' los americanos habían dejado el listón bien alto con el 'DOOM 3' que hoy nos ocupa, un título magistral que sentó las bases de jugabilidad de muchas franquicias de nuestro tiempo.
Ignorante como soy del canon de DOOM (sólo he jugado este tercer capítulo), tengo entendido que esta tercera entrega supone un "reinicio", o al menos un episodio aparte de las dos primeras aventuras, con una ambientación y trama completamente distintas y sólo compartiendo el elemento de la posesión demoníaca de nuestros enemigos con el resto de capítulos. En 'DOOM 3' encarnamos a un anónimo marine espacial que es destinado en un complejo de investigación en Marte para investigar algunas irregularidades en la seguridad. Pronto veremos que estas irregularidades se tratan, ni mas ni menos, que de abrir una puerta al infierno que termina con casi toda la vida en el complejo, poseyendo a los trabajadores y transformándolos en toda clase de criaturas demoníacas.
Hasta aquí todo normal, con un argumento que encadena tópico tras tópico nos desplazamos por las abandonadas instalaciones, y es en este viaje en el que idSoftware hace su magia, elaborando un shooter de sabor clásico y jugabilidad endiablada. Y es que no siempre hay que recurrir a elementos novedosos y revolucionarios: las herramientas más simples en las manos adecuadas pueden dar lugar a obras maestras. Y 'DOOM 3' lo es. Ya os podéis imaginar como va la cosa: arsenal variado de armas, desde las mas simples (pistolas, escopetas, ametralladoras, lanzamisiles) a más novedosas y futuristas. Las armas, combinada con el amplio repertorio de enemigos da lugar a una variedad a la hora de jugar que hace que sea muy dificil parar, y es que este Doom tiene un ritmo endiablado (je, ¿lo pilláis? ¡endiablado! como el juego y eeergh....).
La ambientación es quizá el apartado más destacable del juego. Y es que más allá del trabajo que se ha puesto en crear una historia con varios personajes, con estas intrahistorias que dotan de profundidad al universo del juego, que se nos cuentan a través de archivos sonoros, idSoftware realiza un uso de la luces y sombras que se acopla como un elemento más de la jugabilidad. Y es que creerme cuando os digo que la linterna será uno de los elementos que más utilizaremos si queremos evitarnos disgustos. La amenaza está en cualquier esquina, acechando, y mientras caminamos por la silente instalación devastada nos sentimos indefensos, al albur de una pequeña luz que nos revele donde se encuentra el peligro. La cantidad de sustos que nos llevamos es considerable, y en idSoftware se aseguran de que nunca sintamos que ha pasado del todo el peligro: siempre hay una esquina, una placa que se desprende, una puerta secundaria que no habíamos visto.
En lo visual, el juego se defiende considerablemente para los ocho años que le separan de los gráficos actuales, y si en algún momento tememos que esto nos echase para atrás, el temor es infundado: la carencia gráfica se suple con una jugabilidad del demonio (je, ¿ahora si no?). Algo que consiguen muy bien los chicos de id es que a pesar de lo pomposo de la trama, nos interesen los archivos sonoros: bien porque en ellos se esconde la clave para abrir este armario, esta puerta, este área, o bien porque algunos cuentan una historia mucho más interesante que la que nos toca jugar, terminan sin caer en el olvido. En concepto de crear escenas que nos impresiones, los pocos intentos que hay quizá no resulten muy efectivos, quizá porque estos sean un poco manidos y estemos algo acostumbrados a verlos (los tipicos flashes que nos hacen ver una habitación llena de cadáveres masacrados funcionan, pero las primeras veces que los vivimos). El punto negativo lo pone sin duda el diseño de personajes, de enemigos concretamente, en donde algunos funcionan, pero muchos otros rozan lo obvio y lo irrisible, especialmente en algunos bosses.
En lo jugable, el juego tiene claramente diferenciadas dos partes, y es que si bien a lo largo de toda la trama encontramos partes más tranquilas, más psicológicas, tirando menos hacia la acción, esto solo es un continuo en la primera mitad. Hacia la segunda, ya con todo el arsenal completo y con todas las clases de enemigos persiguiéndonos, el juego se torna más en shooter rápido, casi esquizoide en algunas partes. Hacia el final disponemos de un arma, que por motivos de trama no comentaré, pero que da un plus de jugabilidad extra, y será de vital importancia en los compases finales. Se agradece la consistencia de una campaña que no escatima en tomarse su tiempo a pesar de repetir algunas situaciones. La experiencia se completa con un multijugador que no he probado debido a eso de que debe perder su gracia si eres el único que lo está jugando.
En resumen, 'DOOM 3' puede ser un juego simple, pero que funciona. El cuidado que hay detrás de todos los diseños de escenarios es encomiable, el uso de las sombras y el terror psicológico es sádicamente delicioso y su jugabilidad es un no parar. Una campaña que se estira hasta las 12 horas y que no nos da un respiro, y que cuando nos lo da, lo hace para quitarnos el aliento a los pocos segundos. La influencia de este título se puede apreciar de forma innegable en 'Dead Space' por ejemplo, aunque estoy seguro de que va mucho más allá. Así que ya sabéis, bueno, bonito, y barato, y esto último porque pocas formas más de conseguirlo se me ocurren que por Steam.
Ficha
Título: DOOM 3
Desarrolladora: idSoftware
Distribuidora: Activision
Plataformas: PC, Xbox
Valoración: 90/100
Lo voy a jugar sí o sí, aunque he de decir que el principio principio principio del juego es menos cool que una mierda de mono.
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