22 oct 2011

Análisis - 'Assassin's Creed Brotherhood'

 Con 'Assassin's Creed II', Ubisoft salvó el primer match-ball de su generación: reflotar su franquicia estrella que parecía muerta nada más haber salido al mercado por la gélida recepción tanto de la crítica como de los jugadores. La secuela despejó las dudas sobre la viabilidad de la saga, y, áun mejor, marcó el camino a seguir de la misma con una aventura completa, divertida y a ratos épica. No se puede negar que cuando muchos esperaban la tercera entrega categórica de la franquicia, este 'Assassin's Creed Brotherhood' sorprendió a propios y a extraños, y dejó cierta sensación de que se trataba de un oportunista intento de sacarnos los cuartos que de un trabajo bien realizado. Sin embargo, 'Assassin's Creed Brotherhood' cerró todas esas bocas acusadoras desde el momento de su lanzamiento.

Con los análisis de la primera y segunda parte que podéis encontrar aquí, aquí y aquí (¡caray, cuanto trabajamos en este blog!), creo que resulta redudante explicar que nos podemos encontrar en una entrega de la saga 'Assassin's Creed', así que obviaremos la parte explicativa reduciéndolo hasta el mínimo: en 'Assassin's Creed Brotherhood' controlamos en tercera persona a un miembro del clan de los asesinos con el cual deberemos cumplir diferentes cometidos en un entorno de mundo abierto que será la Roma renacentista. Para ello, disponemos de un amplio arsenal de armas, asi como de nuestra visión de águila, una mejora que nos permite identificar objetivos entre las multitudes y unas habilidades de escalada al más puro estilo parkour que nos permitirán desplazarnos de un modo más cómodo y sigiloso.


Sacándonos este marrón de encima, la esencia del juego viene siendo coger todo lo que se hizo bien en la entrega previa, y mejorarlo de modo que la jugabilidad sea mayor, y vaya si lo han conseguido. Empezando por los cambios más insignificantes, diremos que se han mantenido el gran número de tareas secundarias que aumentan la vida del juego: encargos de asesinato, retos del gremio de ladrones, banderas repartidas a lo largo de todo el mapa, los ladrones que aparecen espontáneamente... Eso, junto a adaptaciones de las vistas en el anterior capítulo: la búsqueda de la armadura de Rómulo en lugar de la búsqueda de la armadura de Altair, una serie de misiones secundarias relacionadas con Da Vinci y las nuevas pistas dejadas por Sujeto 16, que va camino de, junto Ezio, convertirse en el personaje más carismático de esta franquicia.

Pero las mayores implementaciones en la jugabilidad las encontramos en el sistema de sincronización porcentual (a esto le llamo yo así, no creo que sea su verdadero nombre, ¿pero a que suena tope profesional?), en el cambio de mapa y en el metodo de sincronización con atalayas. Empezando por esto último, las atalayas que en juegos pasados consistian simplemente en trepar y sincronizar (lo cual se llegaba a hacer cansinamente repetitivo) ahora están, en su gran mayoría, con algunas excepciones, bajo el dominio de los Borgia, y para poder sincronizarnos deberemos eliminar al general Borgia al mando de la misma, que está secundado por una guardia. Aunque parezca que no, esto hace mucho más divertida la experiencia, dado que tendremos que pensarnos como entrar, identificar la posición del general, y darnos prisa en ejecutarlo, porque cuando se de la alarma, este tratará de huir.


El mapa también ha sufrido una modificiación respecto a las dos entregas previas, ya que ahora es un solo mapeado, con lo cual se acabaron los viajes entre ciudades. Roma es lo bastante grande aún así como para que nos perdamos y como para que encontremos zonas bastante diferenciadas entre sí y también para que nos demos nuestros largos paseos al lomo de un caballo. Para combatir la amplitud del mapa se ha incluido un sistema de desplazamiento rápido que en ciertos momentos se agradece realmente. Además, ahora podemos meter el caballo por la ciudad, cosa que antes nos estaba vetada, y que, para que negarlo, puede dar lugar a momentos muy coñeros que hacer el tonto. Así, al estar basado en una sola ciudad, la historia gana enteros en cuanto a cohesión y podemos familiarizarnos mejor con todo.

Por último, el sistema de sincronización porcentual consiste en básicamente la filosofía de no solo jugar, si no que jugar bien. Todas las misiones que se nos propongan tendrán un condicionante para conseguir la sincronización de memoria al 100%: o bien no ser detectado, o bien acabar con tantos guardias de tal manera, o no tener que enfrentarse a ninguno... Si optamos por hacerlo a nuestra manera solo conseguiremos el 50%, pero si lo hacemos como nos pide este requisito, conseguiremos la sincronización total, más dinero como recompensa y, para que negarlo, una mayor satisfacción personal. Esto parece simple porque se nos da la opción de rechazar esta opción, pero sin embargo tiene esa llamada al orgullo que hará que la mayoría de nosotros lo intenten una y otra vez solo para conseguir eso.


Durante una parte del juego, tendremos a nuestra disposición la posibilidad de reclutar gente descontenta con el gobierno de los Borgia para unirlos a nuestro clan de asesinos, esto nos dara por una parte la posibilidad de acceder a un sistema de asignación de misiones que irán otrogando experiencia a nuestros discípulos y que dará el toque de estrategia al juego y por otra parte nos permitirá llamar a estos asesinos en pleno combate para que nos echen una mano, eliminen por nosotros a tal objetico (muy útil en las misiones de sigilo) o para que una lluvia de flechas nos saque de un apuro cuando estemos rodeados. Esto está muy bien implementado en el juego, de hecho, yo pensaba que es la clásica opción que no se llega a usar apenas y realmente  es de gran ayuda en muchos momentos.

Para terminar, diré que la trama sigue la línea de la anterior entrega: iremos desentrañando algunos misterios mientras otros nuevos salen. La implicación de Desmond es la mayor vista hasta el momento en la saga, pero eso no quita que el portentaje sea ínfimo en comparación con lo que controlamos a Ezio. La trama histórica es bastante mejor al plantear una rivalidad directa con César Borgia y al dar tanto papel a Maquiavelo, que propiciará momentos realmente cómicos. En cuanto a niveles, propone unos cuantos realmente espectaculares, que era lo que le faltaba a 'Assassin's Creed II', y misiones como las del Coliseo, el Panteón, los actos finales o los puzzles de Sujeto 16 son una auténtica gozada.




En definitiva, 'Assassin's Creed Brotherhood' nos brinda la experiencia de su entrega predecesora amplificada al máximo y nos garantiza bastantes horas de diversión, una trama digna de la mejor serie de novelas de intriga, unos momentos épicos llenos de belleza visual y un apartado ténico excelente, con algún que otro fallo de texturas que se perdona ya que el juego luce bien en todo momento. Como en los grandes juegos, los bugs ocasionales no empeoran la experiencia, si no que nos los tomamos como algo comico. El mutijugador, muy inteligente, pero del que no he podido disfrutar lo suficiente como para hacer una valoración completa, parece muy divertido, plantea un modo de jugar que mantiene la esencia de Assassin's Creed pero que además nos entrega algo diferente a lo que hay en el mercado, y eso ya es mucho decir.


Ficha


Título: Assassin's Creed Brotherhood

Desarrolladora: Ubisoft Montreal

Distribuidora: Ubisoft

Plataformas: PlayStation3, Xbox 360, PC

Valoración: 94/100

1 comentario:

  1. Uuh, lo de la evaluación de los asesinatos tiene pinta de que me va a molar bastante. Me recuerda a lo que hacen en la saga 'Hitman', que al terminar cada misión te califica según lo silencioso que hayas sido.

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